Curso en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo: El Impacto socioeconómico de la investigación e innovación biomédica

Foto: www.uimp.es
martes, 9 de junio de 2015

Santander 1, 2 y 3 de Julio.

El sector Salud genera a su alrededor todo un entramado de relaciones entre distintos agentes y actores públicos y privados encaminados a satisfacer las necesidades de salud de las personas, de los ciudadanos. Las administraciones públicas, las empresas, la sociedad…conforman este macro sector que gira en torno a la salud y a la calidad de vida de los individuos, que se convierte, a su vez, en motor de crecimiento económico y de competitividad generando anualmente miles de puestos de trabajo cualificados.

La investigación y la innovación emergen, así, como elementos estratégicos de los sistemas de salud, por cuanto generan nuevas soluciones a los problemas y retos que presentan las sociedades modernas en lo que se refiere a nuevas enfermedades, al envejecimiento de la población, al bienestar de la ciudadanía en última instancia.

Y esto es un proceso imparable; los nuevos retos sociales, como la cronicidad y el envejecimiento, conllevan la búsqueda de soluciones a través de la implantación de las nuevas tecnologías. Esto las sitúa como el motor del cambio social derivado de las actividades de investigación e innovación, lo que está provocando, ya, la inevitable transformación de los sistemas de salud, cuyos procesos asistenciales y organizativos se ven influenciados por la aparición de nuevas aplicaciones de las tecnologías de la información y la comunicación en el ámbito de la salud. La telemedicina, la teleasistencia, los dispositivos biomédicos, los biomateriales y la ingería de tejidos, la robótica y las prótesis biónicas, son realidades que en la mayoría de los casos tienen sus orígenes en el laboratorio, en proyectos de I+D, y que responden a necesidades reales de las sociedades más avanzadas.

Sin embargo, este avance tecnológico no ha sido acompañado en nuestro país por una evolución de la cultura de la evaluación. Es cierto que en las últimas décadas hemos dado pasos importantes en la medición de los resultados de investigación en términos de productividad científica, pero no hemos avanzado en la evaluación de resultados e impacto en términos económicos y sociales, de generación de empleo, de exportaciones, de valor añadido, de ventas. La transformación de las ideas en realidades tangibles que aporten valor a los sistemas de salud pasa por instalar, en primera instancia, mecanismos de evaluación de resultados que fomenten la traslación al mercado de los resultados de investigación.

Para un mejor aprovechamiento de los resultados de investigación y de las aplicaciones reales que tienen posteriormente en el mercado y en última instancia en la sociedad, debemos instalar sistemas de monitorización estandarizados y metodológicamente contrastados, válidos y fiables que nos permitan valorar de forma objetiva el impacto real de la inversión en I+D+i en términos económicos. El sector salud tiene impacto directo en el derecho individual de las personas a la salud y en el mantenimiento y transformación de los sistemas de salud. Por ello debemos promover, más si cabe, esta cultura de la evaluación de resultados, de su impacto en la economía del país, en la generación de empleo cualificado, en el aumento de la competitividad del tejido empresarial.

En el curso, dirigido al conjunto de agentes del sistema, tanto públicos (investigadores, gestores…) como empresariales (empresas, parques científicos y tecnológicos…) se expondrán las distintas iniciativas que desde las administraciones y desde grupos de expertos en evaluación de políticas públicas se están poniendo en marcha para evidenciar empíricamente el efecto que sobre la economía real tiene la inversión en programas de I+D+i en Salud. El objetivo último es avanzar en la cultura de la rendición de cuentas y de la eficacia y eficiencia del gasto público en programas de investigación e innovación biomédica.